Todos los países que visitamos cuando viajamos esconden secretos, pequeñas, o no tanto, peculiaridades, maneras de hacer propias, marcadas por la historia del territorio y sus gentes. La historia constituye un elemento fundamental para entender tan diversas realidades, por lo que el pasado de los pueblos se nos ofrece como una herramienta fundamental para entender su presente. Un buen ejemplo de esto es Tailandia.